El año pasado pudo no ser un problema. Ahora que los tipos de los créditos hipotecarios acumulan 22 meses de subidas, empieza a convertirse en algo, cuando menos, a vigilar.
El euribor, el índice más utilizado para revisar el interés de las hipotecas, tocó mínimos en septiembre de 2005 en el 2,22%. Ahora ronda el 4,56%, según los datos adelantados. Este incremento de 2,34 puntos, traducido al bolsillo, significa que, en este tiempo, la factura hipotecaria media ha subido unos 200 euros al mes. Para algunas familias, este esfuerzo puede no ser muy grande. Para otras puede exigir algo más que apretarse el cinturón.
Si 2006 fue un año de transición, porque marca el inicio de la subida de tipos de interés, el impacto de la morosidad de ahora en adelante puede ser más evidente.
De momento, la tasa de créditos dudosos sobre los préstamos a los hogares para la adquisición de vivienda se sitúa en el 0,48%, que no es mucho, aunque es reseñable que ha subido desde el 0,33% de 2004, al 0,39% de 2005 y al 0,41% de 2006, según datos del Banco de España que, en sus últimos estudios, destaca que el crédito hipotecario se ha ido desacelerando al tiempo que se exigían condiciones más estrictas para el otorgamiento de nuevos préstamos. Eso es una buena señal, pero hay factores negativos que no hay que perder de vista.
El encarecimiento de los créditos hipotecarios está afectando, sobre todo, a los que se contrataron a partir de 2003, pero es cuestión de tiempo –y de que el Banco Central Europeo (BCE) siga subiendo los tipos de interés, claro está– que este impacto se vaya extendiendo al resto.
Entonces, el margen de actuación de la banca para esquivar problemas de morosidad puede ser bastante reducido, porque ha estado prestando a plazos muy dilatados –según la Asociación Hipotecaria Española (AHE), este año la hipoteca estándar ha subido de 25 a 27 años– y más dinero del razonable –también según la AHE, por primera vez en la historia, se presta más del 80% del valor de tasación del inmueble–.
Las familias ya han empezado a notar que pagar la hipoteca supone un esfuerzo mayor: en 2004 era del 35% y ahora ronda el 45%, según los cálculos del Banco de España. Si los tipos de interés siguen subiendo, para algunos, este esfuerzo puede llegar a ser insoportable.