Los variados beneficios fiscales que la actual normativa tributaria contempla le van a costar a Hacienda más de 41.000 millones de euros en 2005. Sólo en el IRPF, esta pérdida de ingresos supera los 14.700 millones. La deducción por compra de vivienda habitual y la reducción por aportaciones a sistemas de previsión social, en la actualidad en el centro de la polémica ante la presentación por parte del Gobierno de un nuevo IRPF, suman más de 4.400 millones de euros en beneficios fiscales.
Los ingresos teóricos que pierde Hacienda por la existencia de diversos beneficios fiscales -por razones de política fiscal, económica o social, están dirigidos a determinados colectivos de contribuyentes o a potenciar el desarrollo de una actividad económica concreta- sumarán en total 41.208,52 millones de euros en 2005, lo que supone un aumento en cifras absolutas de 3.276,91 millones y uno relativo, en términos porcentuales, del 8,64% respecto al año anterior.
La parte más importante, más de 20.000 millones, corresponde al impuesto sobre el valor añadido (IVA), a través básicamente de la aplicación de tipos reducidos y superreducidos. Le sigue el IRPF con un global de 14.719,53 millones de euros, 835,42 más que lo presupuestado en 2004, un 6,02%.
En el impuesto sobre la renta, las partidas de mayor importancia, desde el punto de vista numérico, son las que se corresponden con los incentivos dados a los contribuyentes que obtienen rendimientos del trabajo, el apoyo fiscal a la inversión en la vivienda habitual, la duplicación del mínimo personal en caso de unidades familiares que eligen la tributación conjunta de sus rentas, la reducción en la base imponible por aportaciones a planes de pensiones, la exoneración de gravamen para los premios logrados a través de la participación en determinados juegos de azar, la deducción por maternidad y el gravamen único sobre la base liquidable especial.